Con más de seis siglos de historia, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, fundado en 1401, ha sido testigo y protagonista de las transformaciones de Barcelona. Su imagen es un referente de acogida, cuidado y formación, tanto en el edificio gótico del Raval como en los pabellones modernistas del Eixample.
Desde el siglo XV, el Hospital ha sido el escenario de un complejo mundo laboral en el que hombres y mujeres han compartido tareas y donde todo un universo femenino estuvo presente, desempeñando labores a menudo subordinadas, pero esenciales para el funcionamiento de todo el engranaje.
Esta exposición gira en torno a la contribución de las mujeres en el ámbito hospitalario con la intención de promover la reflexión sobre los desafíos actuales. A pesar de la presencia mayoritariamente femenina entre el personal, aún es necesario alcanzar la igualdad, reducir los desequilibrios e impulsar la incorporación de la perspectiva de género en la salud.
Durante mucho tiempo, la presencia de las mujeres ha sido invisible. Pero gracias a ellas, hoy Sant Pau es también un referente en la incorporación de la perspectiva de género en salud.
LAS MUJERES
ASISTIDAS
Durante los primeros siglos, las mujeres que ingresaban en el Hospital por motivos como la pobreza, el abandono, las enfermedades mentales o la maternidad constituían un grupo minoritario entre los pacientes. Los primeros registros de entrada de enfermos muestran una mayoría de hombres: marineros, soldados, peregrinos o campesinos desplazados.
La orfandad y el abandono hicieron que las niñas fueran un grupo muy numeroso en el Hospital. La institución las acogía e intentaba reincorporar a las supervivientes a la sociedad.
Gracias al riguroso registro llevado a cabo por el Hospital se creaba un archivo de datos que reflejaba comportamientos demográficos y sociales de la ciudad, actuando como un valioso testimonio de la vida a lo largo de los distintos períodos históricos.
LAS MUJERES
BENEFACTORAS
El apoyo de las mujeres a la fundación y mantenimiento del Hospital de la Santa Creu se manifestó no solo en las contribuciones de destacadas benefactoras de las élites catalanas, sino también en las humildes aportaciones de mujeres anónimas que, desde los inicios del siglo XV, impulsaron la institución por caridad cristiana y por mandato evangélico.
Todas ellas reflejan el compromiso de la nobleza y de la alta burguesía con la construcción del Hospital, no solo como forma de redención a través de la limosna, sino también como un medio para mantener el estatus social.
Con sus aportaciones, cada una contribuyó al crecimiento del Hospital y a seguir construyendo la imagen de la institución como un centro sanitario de referencia, tanto a nivel local como estatal.
LAS MUJERES
CUIDADORAS
Casi desde los inicios de la institución, las mujeres se encargaban de la cocina hospitalaria, la recolección de hierbas y la confección de ropa para los pacientes. Enseñaban costura y encaje a las jóvenes acogidas, proporcionándoles herramientas para su subsistencia.
A partir del siglo XVIII, las Hermanas Hospitalarias fueron las primeras en recibir formación en la asistencia a los enfermos y asumieron la enfermería hasta el siglo XX. Los estudios de Medicina se abrieron a las mujeres a finales del siglo XIX, y las primeras doctoras en Farmacia lo serían a comienzos del siglo XX.
En Sant Pau se crearon la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios en 1953 y la Escuela Universitaria de Enfermería en 1967. El Hospital fue un centro pionero en la institucionalización y consolidación de la formación sanitaria femenina en Cataluña, especialmente a partir de mediados del siglo XX.
Estas pioneras abrieron el camino a un imparable movimiento de feminización del sector sanitario que continúa hasta la actualidad: más del 70% de las personas que trabajan en el Hospital son mujeres.
MUJERES
Y FUTURO
Hoy, perfiles como el de ingeniera biomédica o investigadora en investigación son ocupados por profesionales altamente cualificadas que impulsan la innovación asistencial y el progreso tecnológico, situando al Hospital a la vanguardia de la Medicina.
Las ingenieras biomédicas trabajan estrechamente con el personal clínico para desarrollar soluciones que mejoren el diagnóstico, el tratamiento y la monitorización de los pacientes, integrando tecnología de vanguardia desde la Unidad Transversal del Dimension Lab de Sant Pau.
Investigadoras, como las del Instituto de Investigación de Sant Pau, lideran proyectos con una mirada crítica, ética y rigurosa, contribuyendo al avance del conocimiento científico y a la medicina del futuro. Un 67% del personal investigador son mujeres.
Las integrantes de la Comisión de Salud y Género trabajan para fomentar la incorporación de la perspectiva de sexo y género en la actividad asistencial, en investigación y en docencia, con el fin de eliminar las desigualdades existentes y lograr una mejor salud para todas las personas.
Más del 70% de las personas que trabajan en Sant Pau son mujeres.
Esta exposición se ha hecho realidad gracias a la colaboración de:
Reis Fontanals (Historiadora), Miquel Terreu Gascon (Archivo Histórico del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau), Sam Madrigal (Historia de la Ciencia), Biblioteca de Cataluña. Y a las mujeres que han abierto camino en Sant Pau: su presencia, su ejemplo, su vocación y dedicación son un espejo para las profesionales de hoy y un referente para las generaciones de mañana.